jueves, 24 de julio de 2008

Los motivos de Su Eminencia



En la edición de hoy jueves del diario La Prensa, aparece una caricatura de Bismarck que resalta de manera sarcástica la actitud del Cardenal Miguel Obando y Bravo, al defender al orate aprendiz de dictador, Hugo Chávez, quien el pasado 19 de julio elevó una versión muy particular del Padre Nuestro, en la cual el “padre” resultaba ser Fidel Castro. Si una caricatura de esta naturaleza, ridiculizando a Obando y Bravo, se hubiera publicado hace diez años, seguramente su autor hubiera sido quemado vivo con leña verde, al igual que el consejo editorial del medio de comunicación que su hubiera atrevido a semejante atropello. Es más, hace un par de años, a pesar de que el prelado había perdido su elevada posición en el respeto del pueblo nicaragüense, Manuel Guillén publicó en El Azote de La Prensa, una caricatura en donde el Cardenal aparece postrado a los pies de Daniel Ortega y las fuertes notas de protesta no se hicieron esperar.

Ahora, las cosas han cambiado drásticamente para Su Eminencia y después de su cantinflesca defensa de Hugo Chávez, se ganó el repudio generalizado de la ciudadanía. Cualquiera puede visitar La Prensa On Line y debajo de la nota periodística sobre dicha defensa, se encuentran los más agrios comentarios en contra de la actitud de Obando y Bravo, sólo comparables con los que se adjudica su ahora socio Daniel Ortega. Nadie parece defenderlo, pues ha sido tan evidente su actitud que ha perdido todo el enorme respeto que ningún otro ciudadano había gozado en el pasado.

Muchos se preguntarán, ¿qué pudo haber motivado a este jerarca de la Iglesia Católica para caer tan bajo? ¿Cuál es la historia que está detrás de su radical cambio de actitud?

La respuesta está en un hecho que ocurrió a inicios de la presente década. Una mañana, la afanadora de las Oficinas de la Curia Arzobispal de Managua descubrió que la puerta principal había sido violentada y en la sección de los archivos, había una terrible revoltura. Inmediatamente procedió a notificar al Secretario quien acudió a revisar los daños ocasionados y notó que la caja fuerte estaba intacta, sin embargo, algunos archivos habían sido sustraídos. Al percatarse de la naturaleza del robo, procedió a marcar inmediatamente un número telefónico. Al otro lado de la línea, el Cardenal Obando y Bravo palideció al escuchar la noticia y casi sufre un síncope al darse cuenta de que el robo había sido perpetrado por profesionales. Ni los perros, ni la alarma electrónica pudieron detectar ni evitar el robo, las cerraduras de seguridad de las puertas y de los archivadores tampoco fueron obstáculo. El hecho nunca fue reportado ante las autoridades policiales.

Tres días después, el Cardenal acudió a una cita secreta en una casa de Bolonia, en donde por un acceso entró él y por otro diferente, sus interlocutores. Después de dos horas, el prelado salió completamente descompuesto, su rostro reflejaba una lividez aterradora y su conductor tuvo que ayudarlo a abordar su vehículo. La siguiente semana Obando y Bravo salió rumbo a Roma y en un período de diez días sostuvo reuniones con altas autoridades del Vaticano.

A partir de esa fecha, todo empezó a cambiar en su vida. El pueblo de Nicaragua se quedó atónito ante el cambio de su líder pastoral. Un inusitado acercamiento hacia Daniel Ortega y su esposa comenzó a experimentarse en la agenda del jerarca, hasta el punto que haciéndose de la vista gorda, unió en santo matrimonio a Daniel Ortega y a Rosario Murillo. Finalmente, el Cardenal llegó a ser un incondicional de la pareja Ortega Murillo hasta llegar a convertirse en el Capellán de la Presidencia de la República con cargo de Secretario de una Comisión de Paz y Reconciliación.

El contenido de los archivos sigue siendo un misterio, tan grande que ni el Vaticano ha querido comentar al respecto. Entre dicha documentación habrían ciertas evidencias que indudablemente involucran a su protegido, el ahora Magistrado del Consejo Supremo Electoral Roberto Rivas, hijo de su asistente por años, Doña Chepita de Rivas, en los turbios manejos de los fondos de COPROSA, que en cierta manera explican la fortuna del Magistrado que se da el lujo de viajar a Costa Rica y otros países en un avión particular.

Es posible que tan sólo los documentos que incriminarían a Roberto Rivas, fueran suficientes para doblarle el brazo a Su Eminencia, sin embargo, su prestigio e imagen valían lo suficiente para hacerse a un lado y dejar a Rivas a su suerte, a pesar de los insistentes ruegos de su madre. Según algunos investigadores, algunos documentos van más allá de la riqueza inexplicable de Roberto Rivas y señalan que el Vaticano bajo ningún punto dejaría que salieran a la luz pública.

Es posible que algún día el pueblo de Nicaragua conozca la verdad de los motivos del Cardenal para realizar semejante viraje, lo cierto es que sea lo que fuera, es algo tan grave que un hombre que tenía un gran respeto y admiración de un pueblo entero, lo sacrificara todo a fin de defender ese secreto.






3 comentarios:

Yolanda Arróliga dijo...

Yo nunca creí en la santidad de Obando y Bravo. Un hombre que tiene la vanidad de dejarse pintar el pelo por su asistente, no puede ser el pastor de un pueblo. Antes se lo pintaban en el negro profundo a la "mexicana" y ahora ya utiliza el Mahogany de Miss Clairol. Es completamente inadmisible. Ya del gordo Rivas mejor ni hablar.

Revolución sin manos dijo...

Bueno, con esto se demuestra que ahora sí hay libertad de expresión. Tal como vos le decís, hace años, hubieran mandado a quemar a la persona que hiciera alguna caricatura del Cardenal. La derecha, ni nadie, puede quejarse de eso.

El Zorro dijo...

Yolanda, no quise incluir lo de la vanidad pues comparado con todo lo demás es un tanto irrelevante, pero vale la pena mencionarlo. Gracias.

Yaoska, cuando dije que hubieran mandado a quemar a la persona que hiciera una caricatura irrespetuosa al Cardenal, no me refería al Gobierno sino a los feligreses devotos y admiradores a ultranza de Obando y Bravo. Como comunicadora social, me imagino que debes estar muy conciente de que ahora menos que nunca la libertad de expresión brilla por su ausencia, pues es super evidente las presiones del Gobierno de Ortega por silenciar a los medios independientes. Si no puedes leer el último blog sobre la acusación de traición a la patria que hizo el Titular del Ejecutivo sobre la publicación del diario La Prensa sobre la reunión que tuvo con las FARC y el FMLN.