miércoles, 29 de julio de 2009

El muerto y el arrimado

Dice la sabiduría popular que el muerto y el arrimado a los tres días hieden. Desde hace un mes que fue destituido y expulsado Manuel Zelaya de la presidencia de Honduras, no ha hecho otra cosa más que locuritas. Al igual que la despechada mujer que ha sido abandonada por su hombre, se la ha pasado de amenaza en amenaza, desde una fantasiosa invasión con el apoyo de los ejércitos del Alba, el fallido aterrizaje en el aeropuerto de Tegucigalpa, la entrada triunfal por tierra en el puesto fronterizo de Las Manos en donde sólo le faltó su burrita y las palmas a la “muchedumbre” y finalmente la formación de las columnas libertarias con nombres de próceres centroamericanos.

Inicialmente el depuesto vaquero anduvo acumulando millas con cargo a los contribuyentes venezolanos, además de los tarjetazos que le pegó a los hondureños. El problema es que al final vino a arrimarse a Nicaragua para hacer su cuartel general y en donde además de los inmensos daños que ha sufrido la economía nacional por todo el circo que ha montado en la frontera norte, ha puesto en peligro la integridad nacional al llamar a la violencia desde nuestro territorio.

El Titular del Ejecutivo, por encargo de su patrón, el orate y soñador bolivariano, sigue apoyando al vaquerito, sin medir consecuencias. Se está llevando en el saco a la soberanía nacional, está derrochando recursos que no tenemos, pues le toca darle de comer a los compinches de Zelaya y está comprometiendo a la institucionalidad de la Policía Nacional al tener que movilizar una buena parte de sus efectivos que falta hacen para combatir el delito en el país, para proteger al maromero hondureño.

Ya la población nicaragüense está harta de Zelaya y sus payasadas, ya nadie quiere verlo en televisión y están a la espera que haga lo que tenga que hacer pero que se vaya de Nicaragua. Si tiene todos los recursos que dice tener, tal como lo declaró en Las Manos, pues tan fácil como lo suban a un helicóptero y lo lancen en paracaídas en cualquier lugar de Honduras y se acabó el asunto. Allá verán los hondureños qué hacen con él.

Ahora resulta que el Titular del Ejecutivo anda sacando el pocillo para que Rusia le ayude a armarse hasta los dientes, cuando lo que necesita combatir urgentemente es el hambre, cuando debe de luchar por detener la caída en picada de la economía, cuando debe de atacar la corrupción que está acabando con las instituciones. Y para eso no necesita AK47, lo que necesita es un poco de vergüenza y ponerse a trabajar.


lunes, 20 de julio de 2009

Un Pueblo no alcanza en una plaza

Otro año más el mismo circo, los mismos payasos, las mismas fieras, las mismas pulgas. Nada nuevo en la desgastada celebración de un aniversario más de la revolución de 1979, salvo tal vez que en esta ocasión, el Titular del Ejecutivo repitió como lora la consigna de Hugo Chávez: Reelección, Reelección. La misma perorata de Mel Zelaya con su referéndum, ahora el Titular pretende legitimarlo en Nicaragua con la promesa de que el Ejército y la Policía, estarán de su lado, apoyando su delirio de eternizarse en el poder. Los vítores obligados le nublan la vista al aprendiz de dictador y no se da cuenta que el Pueblo, si con mayúscula, ese no alcanza en la plaza.

El Pueblo está cansado del mal gobierno de Ortega y su pacotilla que en dos años y medio de gobierno están llevando al país a la ruina y no contentos con eso, están desbaratando el Estado de Derecho y terminando con las instituciones. Nunca antes, ni en la época de Somoza, ha existido en este país tanta corrupción. Entonces ¿para qué reelegirlo? Es que quisiéremos acaso ver quebrado al país y la enseña triunfal del honor convertida en un muladar. Es preciso que los monigotes hagan entender al gorila bolivariano que no estamos para bailar su son, que todavía tenemos dignidad.

Por eso, cada vez que escuchemos al títere de Chávez decir Reelección, parafraseando a Leonel Rugama hay que gritar a todo pulmón: ¡Que se reelija tu madre!



martes, 14 de julio de 2009

Y volver, volver, volver

Aparentemente el exceso de ansiolíticos que han sido administrados a Manuel Zelaya está empezando a nublar la conciencia el depuesto mandatario. No contento con demostrar de la manera más abierta que el dictadorzuelo Hugo Chávez ha escrito todo el guión de la actuación del desafortunado monigote bolivariano desde el primer día del golpe asestado a sus oscuras intenciones de perpetuarse en el poder, ayer le lanzó un ultimátum al régimen de Micheletti para que lo reinstale en el poder, de lo contrario tomará nuevas medidas. A todo esto, cuáles medidas ha tomado hasta la fecha el pobre Manuel, si todo el circo que se ha montado con su triste figura lo ha estado manejando el orate Chávez. Desde la desfachatez de dar una conferencia de prensa en pijamas, cuando ya se había comprado ropa, pero para el golpe de imagen sugerido por Chávez, si hubiera sido necesario lo hubiese desnudado ante las cámaras.

Las medidas que han obligado a ejecutar a Mel, han sido desesperadas y de antemano han sido actos fallidos, como el pretender aterrizar en Tegucigalpa en un avión militarizado y cargado de tropas de asalto fuertemente armadas. Las medidas que se originaron desde su viaje a Washington no pudieron salirle peor al grupo bolivariano, pues Clinton se sacó de la manga el diálogo y al nombrar a Oscar Arias para mediar en el mismo, dejó fuera a Ortega que ya aspiraba a un Premio Nobel y al mismo Chávez que se quedó chupando el dedo. Los millones de dólares que sirvieron para financiar las marchas y actos de protesta en Honduras ya se están agotando y los principales agitadores exportados por Ortega ya están siendo identificados por las fuerzas policiales hondureñas, así que ese frente se les está agotando.

Ahora, como sabe de previo que el diálogo lo único que haría es comprarle tiempo al gobierno de Micheletti mientras se preparan las elecciones, Zelaya no tiene más remedio que lanzar un ultimátum, que también de antemano sabe que la respuesta será, si bien le va, una pedorreta de parte del pueblo hondureño. Mientras tantos los estrategas bolivarianos se están devanando los sesos tratando de encontrarle una salida a ese nudo gordiano.

A Mel Zelaya no le quedan ya muchas opciones, a lo mejor lo que más le conviene es negociar una amnistía, olvidarse del proyecto bolivariano de reinar forever y se regrese a su finca a trabajar como Dios manda.


jueves, 2 de julio de 2009

Tiró la toalla el tricampeón

El tricampeón no tuvo opción. Tenía que renunciar y dejar que la maquinaria del oficialismo se encargara de manejar los más absurdos argumentos para manejarla la situación. Ya no les era útil. Argüello buscó con otra salida y con ello borrar todo un absurdo pasado político, para que emergiera radiante su carrera boxística. Para Nicaragua y el mundo, el tricampeón pasaría a la gloria por su brillante desempeño en el ring.

No contento el orteguismo con haberlo utilizado de la manera más ruin, todavía se apropia de su cadáver para hacer proselitismo político. Lo tomó como una sucia bandera rojinegra y a paso de carnaval recorrió con sus restos mortales toda la ciudad y preparó varios días de exposición para seguir redituando su muerte.

El orteguismo necesitaba una cortina de humo en estos precisos momentos en que la opinión pública internacional resalta su descaro al querer erigirse como paladín de la democracia ante el golpe en Honduras y mientras sigue al pie de la letra las instrucciones que le dejara su amo Hugo Chávez. Triste historia.

Mientras el pueblo de Nicaragua y el mundo entero llora su muerte y desea que descanse, al fin, en paz; el tricampeón tal vez no lo haga pensando que pudo haber invitado a su inmolación a unos cuatro indeseables más y entonces de la gran figura deportiva hubiera saltado a los altares.