viernes, 11 de marzo de 2011

A la esclavitud por la universidad

Por lo general, las universidades de prestigio realizan un tradicional rito a través de una lección que inaugura un año lectivo determinado. Para lo anterior, el consejo de la institución decide a quién invitar, generalmente un personaje que acorde con el momento que se está viviendo, pueda disertar sobre un tema que motive a los alumnos a asumir los retos que representa el inicio del año académico. La selección del personaje es motivo de un intenso debate, pues la lección inaugural representa un honor tanto para el personaje seleccionado, como para la misma universidad.

Ahora resulta que la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua, por tanto tiempo, paladín de la libertades ciudadanas, de la autonomía universitaria y que portó por tantos años el lema creado por el insigne rector Mariano Fiallos Gil: A la libertad por la universidad, parece haber caído a lo más profundo del cieno, al haber mostrado un servilismo que no se miraba desde el tiempo de los Somoza, la seleccionar para dictar la lección inaugural de la UNAN Managua al Titular del Ejecutivo. Esto equivale a haber invitado en su momento a dictar una conferencia sobre derechos humanos al mismo Adolf Hitler.

Por mucho tiempo, la UNAN peleó hasta con los dientes, su autonomía respecto a los regímenes de turno, luchando por una patria libre y una completa independencia. Ahora, con las autoridades universitarias elegidas por órdenes del mismo gobierno, cumplen con su misión que les demanda agacharse de manera ignominiosa ante sus amos.

Para escuchar rebuznos, tal vez hubieran seleccionado a cualquiera de los que pregonan sus productos en el Mercado Oriental.

La presencia de quien ha manoseado y pateado la institucionalidad de la república y ha manejado a la Constitución Política como papel higiénico, representa un acto de extrema burla para lo que representa esa casa de estudios.

Un aspirante a dictador, que defiende a ultranza a Gadaffi, no tiene la calidad moral para inspirar a los estudiantes universitarios. Es una completa vergüenza.

El propio Mariano Fiallos Gil, volvería a morir si se diera cuenta que aquella institución a la que defendió y protegió tanto, ha cambiado su lema por otro: A la esclavitud por la universidad.

martes, 11 de enero de 2011

Adiós Observación Electoral

Para nadie es un secreto que los ladrones son enemigos acérrimos de los sistemas de alarma, ni se diga de las cámaras de seguridad, las cintas razor ribbon, las rondas de la Policía, los ciudadanos armados, los candados reforzados, los cuerpos de seguridad, es decir, todo aquello que atente contra la facilidad que ellos pretenden encontrar en todos sus planes para apropiarse de lo ajeno.

Todos estos elementos vienen a provocar un mayor esfuerzo en estos delincuentes que tienen que estrujarse el cerebro para burlarlos y al final conseguir cometer sus fechorías. Pero, para ellos, lo ideal es que las casas no tuvieran ni siquiera muro, que las puertas no tuvieran cerraduras, que las personas guardaran su dinero debajo del colchón, pero sobre todo, que sus posibles víctimas fueran menos inteligentes que ellos.

Este mismo comportamiento lo estamos observando de una manera casi idéntica en el Gobierno de Nicaragua ante las próximas elecciones presidenciales de noviembre de este año. Un enorme equipo concentrado en el Consejo Supremo Electoral y reforzado por otras tres organizaciones secretas, trabajan día y noche en el montaje del fraude electoral.

El propio Titular del Ejecutivo lo confirmó anoche en un evento montado al vapor en donde torturó a la audiencia cautiva por espacio de dos horas, con su mismo manido discurso en donde anticipó que no habría observación electoral, sino simplemente acompañamiento. Esto equivale a que en una casa se desactive la alarma anti robo y en su lugar se ponga un rótulo que diga: Atrás, propiedad privada.

Una admisión de culpa más clara no puede haber y lo peor es que aparte de una que otra voz que se ha alzado en contra de esta declaración, para el resto de la población no pasa nada.