lunes, 23 de marzo de 2009

Nuevo ensayo sobre la ceguera

El día de hoy, José Saramago, insigne escritor portugués y Premio Nobel de Literatura 1998, escribió un pequeño artículo sobre Mauricio Funes, en donde relata la forma cómo lo conoció, la impresión que le dio y al final le pide al recién electo presidente de El Salvador, que no olvide ninguna de las palabras que pronunció la noche de su triunfo ante miles de salvadoreños que habían visto nacer la esperanza. Remata don José su artículo con lo siguiente : “No nos desilusione, señor presidente, la historia política de América del Sur transpira decepciones y frustraciones, de pueblos enteros cansados de mentiras y engaños, es hora, es urgente cambiar todo esto. Para Daniel Ortega, ya basta con uno”.
Las palabras de Saramago no son sujetas de mayor interpretación, son claras, cristalinas y directas.
Uno de los argumentos que los secuaces del Titular del Ejecutivo esgrimen cada vez que se presentan pruebas irrefutables de que el Gobierno de Ortega es uno desastres más grandes que haya sufrido el pueblo de Nicaragua en su historia, es que se trata de un complot mediático de la derecha.
Después de leer a don José Saramago, que sólo a un demente se le ocurriría tachar de pertenecer a la derecha y cuya capacidad intelectual está muy lejos de poder dejarse engañar por dicho “complot”, nos preguntamos, qué argumentos van a manejar ahora todos estos esbirros cuando cada vez es más evidente que al Titular del Ejecutivo le importa un bledo el bienestar del pueblo de Nicaragua y lo único que lo mueve es su desmedida ambición de llegar a aparecer en la revista Forbes.
En realidad, no hay peor ciego que el que no quiere ver.


martes, 10 de marzo de 2009

¡Ay Aminta!

Tres días después que publicamos el post "Se busca: Aminta Granera" en donde criticábamos la ausencia de la Jefa de la Policía ante los medios de comunicación para aclarar la nueva posición de esa organización, la Comisionada apareció en público y habló ante los medios.

Después de analizar sus declaraciones, sentimos que mejor hubiera seguido en su fantasmagórico retiro, pues su defensa a la nueva posición de la Policía Nacional es un insulto a la inteligencia de los nicaragüenses. Bueno, por lo menos para la que tiene el 62% de los ciudadanos.

Algunos dirán que la Jefa de la Policía "cantinfleó" sin embargo el mimo mexicano era gracioso y nos hacía reir con sus enredos, sin embargo, Aminta Granera más bien dio lástima ante sus declaraciones.

Anticipándose al proceso judicial que debería enfrentar un integrante de las turbas orteguistas que con morteros atancan a la población indefensa, la culta y distinguida MBA Granera le ordena a sus efectivos que no detengan a los morteristas pues la ley no contempla castigos por el uso de los mismos, así que entonces el vacío de la ley es suplido por el buen juicio de la Comisionada que estima que lo más prudente es dejarlos actuar en paz. Cosa más grande es la vida, chico, diría Tres Patines.

Sin embargo, una víctima de la inseguridad que vive el país que osa pasar por la residencia de Lenín Cerna, es acribillada a balazos por los policías que escoltan a la figura. En este caso no existe ninguna ley que permita que ese señor tenga protección de parte de la policía, sin embargo, estos efectivos celosos de su deber disparan a matar a quien pueda considerase sospechoso de querer atentar contra la propiedad del señor este.

Así que Comisionada Granera, piense por un momento en que a diferencia de las turbas a quienes defiende y proteje a ultranza, existen ciudadanos con tres dedos de frente a quienes no se puede vacilar con esas perogrulladas.

viernes, 6 de marzo de 2009

Se busca: Aminta Granera




El pueblo de Nicaragua ha buscado infructuosamente en los últimos meses a la Comisionada Aminta Granera, Jefa de la Policía Nacional para escuchar de propia voz, sus explicaciones sobre la transformación que ha sufrido esa institución, pasando de ser una organización al servicio del orden y la justicia, a ser una guardia pretoriana al servicio del partido de gobierno.


La Comisionada que al inicio de su mandato consiguió los más altos índices de aprobación y popularidad de parte de los nicaragüenses, ahora se ha convertido en un fantasma que nadie logra ver, que nadie encuentra cuando busca respuestas.

Queremos imaginarnos que las amenazas recibidas por la Comisionada fueron tan graves que no tuvo más opción que hacerse a un lado y dejar que la Policía Nacional quedara en manos de cuadros de confianza del Titular del Ejecutivo, tomando un papel de cómplice en todos los desmanes delictivos que han realizado las turbas del orteguismo. Será tal vez que Aminta Granera no tuvo ánimo, fuerzas o entereza para enfrentarse valientemente al régimen y mantener a la Policía como una institución apolítica. O será acaso que los votos de obediencia fueron a tan largo plazo o que la Comisionada se repite al igual que Tina Turner: We don´t need another hero.


Sentimos que embuzonada en su bunker, la otrora aplaudida Jefa de la Policía se ha fijado como única tarea tachar los días del calendario en una infame espera que la lleve a su retiro, con una jugosa pensión que le permitirá escuchar ofertas de consultorías y de vez en cuando emitir opiniones gallo gallina sobre el acontecer nacional.


Es triste, pero así se manejan las cosas en este país.



domingo, 1 de marzo de 2009

¿El nuevo Somoza o el viejo Ortega?

En su edición del 19 de febrero, la reconocida revista inglesa El Economista publicó un artículo denominado El Nuevo Somoza, el paso de Daniel Ortega hacia la autocracia, en donde realiza un análisis general de la situación política actual de Nicaragua.
A simple vista, muchos nicaragüenses podrán coincidir con el punto de vista de la revista, asegurando que es indudable que Daniel Ortega sea el nuevo Somoza, pues su afán dictatorial y su desmesurada ambición para hacer una fortuna son muy parecidos a las que mostró en su momento Anastasio Somoza Debayle.

Sin embargo, cuando se maneja el concepto de “nuevo” se trata de mover al sujeto original hacia un estadio superior. De esta forma cuando se habla del nuevo Batman, se trata de un personaje más creíble dentro de su esquema de fantasía y más congruente en su historia. En la serie de El Padrino, los Corleone se van moviendo hacia una posición de respeto y legalidad en su actuación.

En el caso de un nuevo Somoza, esperaríamos a alguien con una preparación más allá de un simple egresado de West Point, tal vez un MBA de Harvard o por lo menos una maestría de la Thomas More, ya que la Hemphill School no la ofrece. Tendría asesores políticos al nivel de Henry Kissinger y en materia económica de Alan Greenspan. Para aumentar su fortuna personal pensaría primero en lograr el crecimiento económico del país y en una situación de bonanza económica en donde todos los nicaragüenses incrementen su nivel de bienestar, su enriquecimiento no se haría tan notorio. Fortalecería el estado de derecho para contar con instituciones fuertes que se ganaran la confianza del pueblo y de esta forma su gobierno obtuviera grandes niveles de aprobación. Trataría de ganarse a la oposición para atraer más personas a su partido. Se esforzaría por realizar una gestión tan notable, que muchos pedirían que continuara en el poder.

Pero la triste realidad es otra. Tenemos en la primera magistratura a una persona sin la menor preparación, sin la mínima capacidad para gobernar. Se ha rodeado de pandilleros y malvivientes que han dejado al país a la deriva y pronto a colapsar. De una manera burda ha empezado a adueñarse de la poca riqueza que le ha quedado al país, con lo que pretende crear una “dinastía”. Del estado de derecho que se había recuperado luego de haberse destrozado en los ochenta, no está quedando nada. Las instituciones actúan de manera delictiva y cada día son más los nicaragüenses que desean de corazón que nunca hubiera llegado al poder. Ha logrado que la oposición se doblegue a través de actos de corrupción, desde maletines venezolanos hasta favores sexuales de parte de diputadas sandinistas.

Esto nos pone en la tremenda disyuntiva de pensar si no fuera mejor un nuevo Somoza que un viejo Ortega.