jueves, 19 de febrero de 2009

El gato encerrado del Procurador

De repente el Procurador de los Derechos Humanos de Nicaragua, Omar Cabezas, representante más del oficialismo que de los nicaragüenses aparece ante los medios de comunicación con una actitud que pareciera que el Espíritu Santo se le hubiera aparecido la noche anterior para iluminarlo y propone una reforma a profundidad a la Ley de Contrataciones del Estado, de tal forma que las entidades gubernamentales del sector salud, puedan adquirir medicamentos sin procesos licitatorios, directamente desde el exterior, supuestamente para eliminar el intermediarismo que encarece el precios de los insumos médicos.

Para quien no conoce a Omar Cabezas pudiera tal vez pensar que su propuesta no deja de tener sentido y que lo hace para mejorar la dotación de medicamentos al sufrido pueblo de Nicaragua. Sin embargo, al tratarse de un Procurador de Derechos Humanos, cuyo perfil no podría encajar en ningún Ombudsman de cualquier país civilizado, más bien llenaría la de correspondiente al Nacional Socialismo de Adolfo Hitler, si en esa época hubiese existido este cargo. Los antecedentes de violaciones a los derechos humanos de Omar Cabezas dentro de su militancia en el Frente Sandinista pondrían la piel de gallina al propio Augusto Pinochet si estuviera vivo.

En segundo lugar habría que considerar que el Presidente de la Comisión de Salud de la Asamblea Nacional, el Dr Gustavo Porras está íntimamente relacionado con la distribución de medicamentos. Este negocito bastante rentable lo inició cuando Marta Palacios siendo Ministra de Salud en el Gobierno de doña Violeta Chamorro le regaló dos farmacias a Porras a cambio de arreglos con la parte sindical del sector salud. Ahora el negocio ha prosperado y su esposa maneja representaciones de medicamentos que regularmente participan en las licitaciones del MINSA.

En tercer lugar se maneja que la familia Ortega Murillo ha adquirido varios laboratorios farmacéuticos nacionales y su meta es controlarlos todos, mediante la presión de la DGI sobre las sociedades respectivas. Esta acción no tendría ningún resultado tangible para las finanzas del Titular del Ejecutivo si no existe un amarre con el MINSA de tal forma que la licitaciones les sean favorables, para lo cual obviamente la Ley de Contrataciones del Estado debe tener puertas abiertas para permitirles realizar estos negocios.

En la actualidad, la Contraloría General de la República ha estado jugando de comparsa con el Gobierno, autorizando cuanta exclusión de procedimientos le ha solicitado el Estado, adoptando el papel de los monos que no ven, no oyen ni hablan. Sin embargo, el Titular del Ejecutivo siente que ya la carga es mucha y es tiempo de recostarse en la Ley.

De esta forma, la propuesta de Omar Cabezas no puede motivar más que desconfianza. Los bonos del beneficio de la duda hace rato que se agotaron y ahora la única exclamación posible ante la propuesta de Cabezas se: Aquí hay gato encerrado.




viernes, 13 de febrero de 2009

Hasta que el país aguante

Para aquellos a quienes la amnesia no los ha atacado de manera fulminante, recordarán cuando hace unos pocos años el Frente Sandinista jugaba su papel de oposición envuelto en un manto de pureza, el cual se rasgaba cuando descubrían un asomo de desvío de lo que para ellos debería ser la transparencia que debería resplandecer en el manejo de los fondos públicos. Los santos y puros representantes del sandinismo ponían el grito en el cielo y amparados en una inquebrantable fe de que los nicaragüenses padecen de amnesia y habrían olvidado lo que ellos habían hecho en los ochenta, reclamaban los más ejemplares castigos para todos aquellos funcionarios de los gobiernos “neoliberales” que osaban a cruzar la línea de una cristalina transparencia en la administración del erario público.

Ahora, que a pesar del repudio de una mayoría de la población, los sandinistas han regresado al poder, poco a poco han ido sacando las uñas. Con la complicidad de una Contraloría General de la República partidizada y con un cuello demasiado flexible, todos los funcionarios públicos parecieran seguir una consigna: Enriqueceos hasta que el país aguante. Al igual que en los ochenta succionaron la sangre del pueblo hasta que lo dejaron inerme y el perder entonces las elecciones del 90 fue una bendición para ellos, pues los gobiernos “neoliberales” se dedicaron a reconstruir las ruinas y a fortalecer la economía, catorce años después, consideraron que el país ya estaba “maduro” y de nuevo le cayeron.

Lo imperdonable, además del saqueo de los fondos públicos es la desvergüenza con que lo hacen. Ya ahora todas aquellas leyes que sacaban a diestra y siniestra para resguardar la hacienda pública, son ahora papel mojado que no logran detener la enorme ola de corrupción que se dejado venir hacia el pueblo nicaragüense como si fuera una avalancha al pie de una montaña.

La organización Transparencia Internacional en su último informe sobre el estado de la corrupción a nivel regional, situó a Nicaragua en el último lugar. Lo malo es que esta organización todavía no se daba cuenta de todo lo que transcurriría desde septiembre a la fecha en donde la voracidad de los sandinistas se ha acelerado.

Lo que antes mantenía ocupados a los seriamente limitados Contralores Colegiados, ahora los ocupa la lluvia de solicitudes de exclusión de procedimientos para que las instituciones gubernamentales puedan jugársela por la libre. La danza de los millones de los Somoza se ha quedado pálida a la par de la corrupción galopante de los sandinistas.

Pareciera que la meta de la pareja presidencial es aparecer en Forbes antes de que vuelvan a entregar el poder cuando el país esté en la lipidia. Ya compraron el Hotel Seminole, realizando un arreglo para que el “chigüín” mantenga el control accionario y que un prestanombres se encargue de dar la cara. El otro delfín, se dedica al bel canto, en donde el Estado gasta cerca de veinticinco mil dólares mensuales en pagar su preparación. También la pareja presidencial se está apoderando de la industria farmacéutica nacional, habiendo comprado casi todos los laboratorios nacionales para luego comerciar con la salud del pueblo.

Lo peor del caso, es que al igual que Somoza, los Ortega piensan que todavía le salen barato al país, comparado con todo lo que le dan a cambio.




jueves, 5 de febrero de 2009

Perdone usted M. Bataillon

Hace algunos días el diario El País de España publicó una entrevista con el sociólogo francés Gilles Bataillon, experto en sandinismo, en donde éste expresó que Daniel Ortega entiende Nicaragua como si fuera su finca. Nada más errado Sr. Bataillon. No sé si usted ha tenido la oportunidad de conocer a un finquero. Un finquero entiende su finca como un compromiso de entrega, más que como un instrumento de explotación. Tiene la conciencia de que un patrimonio debe de cuidarse y mejorarse y antes de cada intervención piensa en las futuras generaciones. Realiza labores que darán frutos a largo plazo y trata de trabajar en armonía con la naturaleza. Además trabaja desde que sale el sol y no para hasta mucho después que se ha ocultado.

Daniel Ortega por el contrario tiene una naturaleza compulsivamente destructiva, como una antítesis del Rey Midas, todo lo que toca lo convierte en miseria. Al igual que el gitano señorón, le tiene miedo al trabajo y lo hace eventualmente algunas horas por la noche, pues como modelo alemana, no puede recibir más de dos horas de sol.

Si existe algún oficio con el que pudiera compararse a este aspirante a dictador es el de maderero, de esos que piensan sólo en enriquecerse a costa de destruir despiadadamente los bosques y que poco les importa que queden tierras desérticas por donde ellos pasan.

Precisamente en estos días, el erario público tiene que desembolsar más de cien millones de dólares en concepto de los bonos de indemnización por la graciosa Piñata con que terminaron de rematar su desastrosa intervención en la década de los ochenta. No contentos con haber llevado al país de una bonanza envidiada por algunos países de la región hasta un estado de miseria absoluta, lo poco que había quedado se lo repartieron como botín de guerra.

Pero ahora, los sandinistas juegan a la amnesia, ellos fingen padecerla y pretenden que todo Nicaragua fija que la padece, pues no se acuerdan de La Piñata y quisieran que el pueblo nicaragüense la borre de su disco duro. Es más, pretenden borrar la memoria a muy corto plazo, pues cuando la cooperación internacional les corta la ayuda, condicionándola a que reviertan el fraude de las elecciones de noviembre pasado, lo único que alcanza a decir: ¿Cuál fraude? ¿Cuáles elecciones?

Una prueba de esto es el descarado artículo de Tomás Borge, publicado hoy en El Nuevo Diario, en donde pretende defender a Daniel Ortega de las declaraciones de Ernesto Cardenal. Se le olvidó al Comandante el famosa dicho: No me defiendas compadre. Al final cuando se dio cuenta del ridículo que estaba haciendo con dicha defensa, se va por el lado de Gaza y los judíos. Sin embargo, se le olvidó, aprovechando la comparación, declarar que después de Daniel Ortega, la franja de Gaza será el paraíso comparada con Nicaragua.



domingo, 1 de febrero de 2009

Seriedad Cero




Pareciera que de la misma manera que los fondos de la cooperación internacional se le están agotando, la poca seriedad que pudiera haber tenido el Gobierno de Reconciliación también se ha esfumado. Como dicen por ahí, para muestra un botín, digo un botón.

Uno de los renglones vitales para el futuro del país como lo es la educación, ha sufrido los más serios embates de parte del propio gobierno como nunca antes en la historia había ocurrido. La educación merece ser abordada con responsabilidad y seriedad pues se trata de construir el futuro de la Nación. Pero para mostrar su carácter rebelde, contradictorio y errático, este gobierno nombró como Ministro de Educación a un payaso. Todos creían que después de Cositas Sueltas no podría haber nada peor para la educación, pues se equivocaron.

El Maestro De Castilla como se autodenomina el payaso, se ha dedicado por una parte a destrozar cualquier vestigio de progreso que pudo haberse dado en el sector y por el otro a cultivar una hermosa barriga. Con es escaso presupuesto que quedó después del retiro de la ayuda internacional, se dedicó a financiar a las pandillas que atacaron las demostraciones de protesta de la oposición, comprándoles morteros y machetes y pagando sus otros gastos de operación.

La semana pasada, después de que por varios meses estuviera esgrimiendo la amenaza de quitar las dobles plazas que ocupan los pobres maestros para defenderse de la misieria en que los sumiera el régimen sandinista en los ochenta; el Payaso Ministro durante su viaje a Cuba, dedició que a su regreso decretaría su cancelación definitiva. Mientras el Maestro estaba en la Perla del Caribe, la Secretaria General declaró que no habría cancelación de dobles plazas, de tal forma que al tocar tierra el payaso de marras casi cae fulminado de una apoplejía al conocer la declaración. Inmediatamente procede a desautorizar a su funcionaria y declara nuevamente que la cancelación va.

En la inauguración del año escolar que como todo acto de gobierno se realiza por la noche, será tal vez porque las tandas de los circos más concurridas son las de la noche, el Titular del Ejecutivo declaró en medio de sus galimatías que respaldaba la decisión del payaso y que las dobles plazas se eliminaban.

Menos de veinticuatro horas después la Secretaría de Comunicación Social del Gobierno de Reconciliación dice que pensándolo bien, las plazas se mantienen.

Bueno por los maestros, pero malo por un gobierno que maneja a este país como un circo.