domingo, 28 de septiembre de 2008

La oferta que no se pudo rechazar



El arreglo era un imperativo. Las últimas visitas al exterior de parte del Titular del Ejecutivo habían provocado airadas manifestaciones de protesta y de solidaridad hacia su hijastra, Zoila América Narváez. Incluso la fallida intervención del Titular del Ejecutivo en la Asamblea de las Naciones Unidas en Nueva York, en donde debía hacerle eco a su mentor Hugo Chávez, tuvo mucho que ver con el movimiento internacional que en su contra se estaba desarrollando. Así pues fueron muchos los dolores de cabeza del dictadorzuelo Chávez, muchas las maldiciones e improperios de parte del Comandante Bolivariano, que ya el vaso no soportaba una gota más.
Era necesario hacer razonar a Zoilamérica y al mejor estilo de Don Vito Corleone, le hicieron una oferta que ella no pudo rechazar. En qué consistió la oferta, esto nunca nadie lo va a saber, por lo menos en el futuro inmediato. Muchos barajarán la tesis de fuertes presiones, para no decir graves amenazas a su integridad o peor aún, a la de sus hijos, sin embargo, otros, menos considerados con su integridad, afirmarán que no hay nada que uno de los maletines de Hugo Chávez no pueda arreglar.

Es significativo que para anunciar el retiro amistoso de la demanda en contra del Estado de Nicaragua ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), Zoilamérica no diera la cara, cosa que se lo debía a todos los que en su momento la apoyaron a ultranza, sino que la hiciera el Procurador Hernán Estrada en un papel más parecido a Tom Hagen, en donde trata de parecer un angelical mensajero de una buena nueva, ocultando el tenebroso trasfondo de los verdaderas motivos de Zoilamérica. No hubo costo, fue el subrayado mayor de la declaración de Estrada, aunque sin especificar si para el Estado de Nicaragua o para la familia Ortega Murillo.

Lo único que se escuchó de parte de algunas oficiosas amistades de Zoilamérica es que se encontraba deprimida, declaración que lo único que dejó entrever fue la ley de la omerta que pende en este caso.

El Estado de Nicaragua se encuentra pues relevado de toda culpabilidad en la acusación de retardación de justicia, sin embargo, esto no cambia la calidad de quien profana la silla presidencial de Nicaragua, ni ahuyentará este telón las pesadillas de las noches de Zoilamérica

lunes, 22 de septiembre de 2008

La hipocresía es más fuerte que el odio



Cuando los asesores de Rosario Murillo parieron la brillantísima idea de ocupar las rotondas de Managua con acarreados, bajo la el eslogan de “el amor es más fuerte que el odio”, todo el mundo dijo: Eejjjj, más con desprecio que con sorpresa, pues a estas alturas del partido, nada nos puede sorprender de parte de esta gente. Era evidente que el único propósito de esta acción era limitar al máximo cualquier acto de protesta de parte de la oposición que pudiera ocupar dichas rotondas como centro para llamar la atención. De esta forma, ya estos espacios estarían ocupados y cualquier intento para compartirlas pues sería tomado como una agresión a los promesantes de la oración perpetua.

Para nadie fue novedad, pues, esta acción un tanto tirándole a vivianada y lo que realmente llamó la atención fue la hipocresía de manejar el amor, como si alguna vez dicho sentimiento hubiese formado parte del repertorio del danielismo. Lo único rescatable de la acción era que por lo menos los acarreados tendrían la comida garantizada mientras dure esta toma, así como doscientos pesitos que a nadie, absolutamente a nadie, le caen mal en estos tiempazos. Lo malo es que al final de cuentas somos todos los nicaragüenses con nuestros impuestos quienes estaríamos financiando esta toma, pues el dinero no sale del patrimonio de los Ortega Murillo, Dios guarde con Dios me libre, sale del erario público, disfrazado de viáticos y gastos de capacitación de los Ministerios, que se cuadran y a todo dicen que sí. Así que podemos observar a unas semanas de haberse iniciado estas tomas, que ya los acarreados están echando panza, pues los tres tiempos de comida son generosos y el ejercicio que realizan, cada día con más desgano, consistente en agitar las banderas azul y blanco y poner cara de yo no fui, no es suficiente para quemar todas las calorías que últimamente están ingiriendo. Así que más aburridos que un lustrador en la ópera, estos acarreados sienten el tormento del tiempo que cada día les transcurre más lentamente y sólo los anima el viático consistente que están generando.

Después de los sucesos de León, en donde viene a demostrarse que el zorro pierde el pelo, nunca las mañas, salió a relucir el verdadero carácter del danielismo puro. Ahí no había amor que valiera y en arranques de odio e intolerancia cometieron los más repudiables actos de violencia contra la población que sólo quería manifestarse.

Haciendo un balance de todo esto, llegamos a la conclusión que lo único más grande que el odio que guarda en su interior el danielismo, es la hipocresía de sus dirigentes, que alquilan gente para gritar por todos los puntos de Managua, que el amor es más fuerte que el odio, lo único que no especifican es cuál amor y cuál odio.

miércoles, 17 de septiembre de 2008

La Policía Nacional en las alas de Icaro





Parece que la institucionalidad de la Policía Nacional va en franca picada. Después de que durante los 16 años de regímenes democráticos logró consolidar un envidiable prestigio que situaban a dicha institución entre las de mayor credibilidad en el país, con el regreso al poder del Frente Sandinista, pareciera que alguien tocó algún resorte oculto que le obligó a esta institución a mirar a sus orígenes sandinistas.

Ya en un par de ocasiones, el Titular del Ejecutivo clamó en público a la Policía Nacional de que no se olvidara de sus orígenes y a pesar de que en esas oportunidades, la Jefa de la Policía Comisionada Aminta Granera, se hizo la disimulada, pareciera que en privado ocurrieron algunos movimientos que de pronto hicieron recular a la prestigiosa institución.

A inicios de septiembre, el Titular del Ejecutivo por decreto presidencial ascendió a tres comisionados de la Policía Nacional, en aparente contradicción con la legislación vigente, preparando el campo para la sustitución de Aminta Granera cuando llegue el momento, con un elemento incondicional del Titular. Es interesante señalar que uno de los comisionados ascendidos es consuegro del Titular del Ejecutivo, así que más incondicional no se lo pudo buscar.

Lo peor del caso es que la propia Comisionada Granera tuvo que salir a defender la decisión del Titular del Ejecutivo, a través de una serie de malabarismos sin pies ni cabeza. Entre las galimatías que expresó Aminta Granera están: “la decisión fue una repuesta a la necesidad de fortalecer la verticalidad del mando y la jerarquía de la institución policía y fue la misma Policía la que solicitó al presidente elevar el techo del grado para tener una mejor organización en la jerarquía del mando de la Policía Nacional”.

Sin haber tenido tiempo de reponerse de tan terrible resbalón, la Policía Nacional se ha visto involucrada en un hecho que pareciera situar sus orígenes en la genocida Guardia Nacional somocista. En la ciudad de La Paz Centro, tres policías persiguieron y dieron muerte al joven de 15 años Luis Angel Vargas Salgado, por el hecho de traspasar con su bicicleta un retén policial. En momentos en que no existe un estado de sitio o ley marcial, en cualquier país civilizado traspasar un retén policial sería motivo de una falta administrativa sin mayores consecuencias.

Nuevamente la Comisionada Aminta Granera, sale en defensa de la institucionalidad de la Policía, tratando de lavarle la cara a una situación que clama por una justicia expedita e imparcial. Más que el humo de la delegación de Policía de la Paz Centro, el humo que nos preocupa es el que emana de las alas de la otrora prestigiosa institución.