Ayer volvió a aparecer en el país nuestro presidente viajero, todavía turulato por los efectos del jet lag y de la Gravedad Cero a que es sometido en su incansable peregrinar, como diría Lucía Pineda, por toda la bolita del universo.
Le correspondió la ingrata tarea de desmentir uno de esos tapazos de Hugo Chávez, respecto a que Venezuela iba a inundar el continente de urea a precios del Gallo más Gallo. Así que tuvo que disculpar al comandante bolivariano, pues Venezuela tiene que importar este químico para ser suficiente y todo por culpa de los gobiernos anteriores al prócer revolucionario del siglo XXI.
También despotricó en contra del Fondo Monetario Internacional, al afirmar de que no lo necesitamos y que con fondo o sin fondo caminaremos, o a lo mejor quiso decir que él caminaremos hacia el fondo. No desaprovechó la oportunidad para calificar de traidores y vendepatrias a todos los que se atreven a criticar a su gobierno.
Formalizó, aunque sin decreto el nombramiento como Embajador Itinerante ante el Viejo Continente de Alvaro Robelo, nos imaginamos que por sus virtudes revolucionarias y la opinión que de él tienen muchos gobiernos, en especial la Santa Sede, misma que no cedió cuando no le otorgó el placet, a la propuesta del Gobierno de Reconciliación para nombrarlo Embajador.
Sin embargo, lo más interesante de su discurso fue el anuncio de que en breve partirá para Irán, a obtener una firme promesa, al mejor estilo de Hugo Chávez, de parte del Gobierno de esa República Islámica, de financiar la construcción de una planta hidroeléctrica de una inversión multimillonaria, digna de las Mil y una noches. Así, que no es remoto que la próxima reunión con el pueblo presidente sea a través de una video conferencia desde el mismo Teherán.
No hay comentarios:
Publicar un comentario