sábado, 13 de diciembre de 2008

El país de las maravillas de lo absurdo

Muy pronto Nicaragua se promocionará al turismo internacional como el País de las Maravillas de lo Absurdo, en donde el plomo flota y el corcho se hunde. Hace rato cruzó la frontera de la cordura y se ha ubicado en una dimensión que ni Rod Serling soñó en sus más terribles noches.

Para muestra algunos botones, comenzando con el Titular del Ejecutivo. En ningún país del mundo, por muy atrasado o desnutrido que esté, se hubiera atrevido a elegir o al final de cuentas, dejar que asumiera la Presidencia, una persona como Daniel Ortega. Es más, ni en las regiones más inhóspitas lo hubieran dejado que ocupara ni un puesto en un patronato escolar. Aquí no sólo está ocupando la primera magistratura, sino que con la mayor desvergüenza e impunidad, está realizando las más atroces tropelías, pasándose por el Arco del Triunfo la propia Constitución Política. Más vergonzoso es el pacto que ha realizado con su compañera, Rosario Murillo, como si para destruir el país necesitara de alguna ayuda.

En cualquier país civilizado, Roberto Rivas, Presidente del Consejo Supremo Electoral, estaría tras las rejas, si no por lo de Coprosa, por todas las irregularidades que desembocaron en el descarado fraude de las elecciones municipales y se hubiera adjudicado treinta años más de prisión por no explicar cómo con un sueldo de funcionario público puede tener a su disposición un avión privado con todo y piloto, así como todos los activos que tiene en Costa Rica.

Tal vez en el mundo bizarro de Supermán Omar Cabezas hubiera sido considerado para tener un cargo público, aquí en este país, este individuo acusado de infinidad de atrocidades en contra del pueblo miskito, es el Ombudsman, es decir el Procurador de los Derechos Humanos, es como si Idi Amín Dada hubiese sido nombrado luego de su derrocamiento Presidente del Consejo de las Naciones Unidas. Esta semana pasada, piedras en mano y con algunos de sus sicarios, disolvió una marcha pacífica que conmemoraba el aniversario de la declaración universal de los derechos humanos. Como ipegüe, Cabezas está acusado de malversación de fondos públicos, pero haciendo uso de triquiñuelas, ha sorteado la acción de la justicia.

La Contraloría General de la República en pleno padece de ceguera, sordera y por lo tanto mudez, pues desde 2007, sólo ha conocido casos de las administraciones anteriores y de la galopante corrupción del Gobierno de Reconciliación, no ha dicho esta boca es mía. El único caso que se atrevieron a conocer fue precisamente el de la corrupción de Omar Cabezas, pero fue desestimada con una jugarreta infantil.

La Corte Suprema de Justicia se mueve en un mundo kafkiano, en donde impera lo absurdo y se libera a narcotraficantes, violadores, asaltantes, abigeos y demás delincuentes y se encarcela a inocentes, como es el caso de un misionero que por pertenecer a la oposición, se le inventó un delito que no cometió.

El Canciller de la República se pasea por el mundo tratando de limpiarle la cara a su jefe, con los argumentos más inverosímiles que ni siquiera él mismo se cree. Su Vice Canciller no hubiera obtenido un cargo en la diplomacia de ningún país del mundo, ni siquiera de conserje.

El Ministro de Hacienda, quien supuestamente debe de asegurar la eficiencia en el manejo del erario público, no tiene permiso para hablar, así que cuando lo hace pareciera que apenas está aprendiendo a hacerlo.

Al Ministro de Educación le importa un bledo la educación y con la mayor tranquilidad del mundo utiliza los fondos públicos del pago de los maestros para comprar machetes para las turbas orteguistas, para los viáticos de los nuevos dueños de las rotondas, para la pólvora de las fiestas decembrinas, para las piñatas navideñas.

La Policía Nacional ya no utiliza los perros para la lucha al narcotráfico, sino que los está entrenando de lazarillos, pues ahora resulta que no ven y algún bromista, mientras dormían les puso sus propias esposas, pues todos están con las manos atadas.

El Instituto Nicaragüense de la Cultura en lugar de promoverla, está ensayando la censura, como el más reciente caso de veto al Sergio Ramírez.

Lo peor del caso, es que esto es como la tiña, se pasa. Resulta que en Chinandega un millonario ayudó a su hijo a evadir la justicia (lo cual fue facilísimo) después de que matara a su primo. Ahora, el millonario ocupa sus recursos para que su familia pasara de ser la familia de un victimario, evasor de la justicia con la complicidad de éste, a ser parte de la familia doliente y sobran quienes le presentan sus condolencias al millonario.

Así que sin la ayuda internacional, sin remesas familiares, sin exportaciones, lo único que nos quedará será sobrevivir con el turismo, no ecológico sino que de lo absurdo. Tal vez Ripley lo pueda promover.



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