sábado, 29 de noviembre de 2008

La mula de Sandino




Tal vez ahora, el pueblo de Nicaragua empiece a descifrar los símbolos que la pareja presidencial utilizó en la estatua de Sandino en las afueras del Estadio Denis Martínez. En primer lugar, utilizar el mismo pedestal en donde se erigía la estatua ecuestre del dictador Anastasio Somoza García es un claro mensaje de las aspiraciones dictatoriales de la pareja presidencial. Mientras que en la “Revolución” trataron de arrasar y borrar todo lo que tenía que ver con los Somoza, ahora, con un claro trasfondo subliminal, sobre los fundamentos de la estatua de Somoza García, erigen una estatua de Augusto Calderón Sandino, uniendo por un lado el modelo a seguir y por el otro, el pretexto a utilizar. Las ambiciones de crear una dinastía dictatorial por un lado y todos creerían tal vez que los ideales libertarios por el otro, pero se equivocan y ahí es donde se encuentra el otro símbolo. El General de hombres libres se encuentra encima de una mula.
Mundialmente, la mula es símbolo de testarudez y se utiliza para comparar a este animal con la gente obstinada que persiste en comportamientos dañinos o que claramente han producido historias nefastas en el pasado y en especial aquellos que no tienen la capacidad de aprender y vuelven a tropezar con la misma piedra una y otra vez.
Con el flagrante robo de las elecciones municipales del 9 de noviembre, la pareja presidencial refrendó su obstinada vocación dictatorial y así como los malhechores defienden su botín a capa y espada, el orteguismo sacó a los malvivientes más dañinos a la calle a demostrarle al pueblo que el camino más prudente es la resignación.
Sin embargo, las manifestaciones de protesta de la oposición, es decir la mayoría del pueblo nicaragüense, no fueron las únicas y la iglesia católica les ha dado duro y tendido. Sin embargo, hasta aquí esto no tiene repercusiones materiales. Lo más duro del caso es que la cooperación internacional, que no se chupa el dedo, inmediatamente vio todo el plan urdido por el orteguismo y ha empezado a retirar la ayuda al pueblo nicaragüense.
El último golpe recibido por el Titular del Ejecutivo fue el anuncio que el Gobierno de los E.E. U.U. canceló los fondos de la Cuenta Reto del Milenio, lo que significa una reducción significativa en la inversión productiva en el occidente del país. La graciosa salida del Gobierno de Reconciliación fue que ahora somos más libres, algo así como el grito despechado de mujer abandonada.
Los brillantes economistas nicaragüenses han encontrado un interesante campo la investigación y prospección de lo que le espera a la economía nacional para el 2009, coincidiendo la mayoría en que habrá menos inversión, menos presupuesto, menos remesas, más inflación, más desempleo, más pobreza.
Con todo este panorama, se ha levantado una grita nacional exigiendo al Gobierno que transparente las elecciones municipales o que las vuelva a realizar. Un donante por ahí, ofreció el dinero para unas nuevas elecciones. Es decir, el resto del mundo, exceptuando a Chávez y sus títeres, sabe del fraude, rechaza el descarado robo y pide que se enmiende ese error.
Aquí es donde interviene lo de la mula. Quién les dice que este gobierno es racional, que tiene la mínima capacidad para velar por el bienestar del pueblo, que pueden anteponer el beneficio de la Nación ante sus egoístas ambiciones.
Pues investigadores de la Universidad de Leipzig en Alemania parecen haber descubierto una mutación genética responsable de este tipo de comportamiento testarudo e incapaz de aprender de experiencias negativas. Según el Blog The Future of Things, un equipo de biólogos moleculares encabezados por los doctores Tilmann Klein y Markus Ullsperger del Instituto Max Planck para las Ciencias Cognitivas y del Cerebro Humano afirma haber encontrado un factor genético que es responsable de la incapacidad de aprender de errores pasados de algunas personas (léase orteguismo).
Según estos científicos una mutación (bastante común pues se estima que puede afectar hasta a un tercio de la población) denominada por ellos como la mutación A1 causa una reducción en la cantidad de receptores D2 en el cerebro, que son los sitios donde se conecta la dopamina. La dopamina es un neurotransmisor - un producto químico que participa en el paso de señales entre las neuronas y las células de ciertos órganos y tejidos del cuerpo responsables de sensaciones y/o los 5 sentidos. Entre otras funciones del comportamiento y de la cognición, la dopamina desempeña un papel dominante en el proceso de aprender, en la sensación del placer, y en la motivación y la recompensa (es decir. el aprender a repetir los comportamientos que maximizan recompensas).
Los investigadores han realizado varios experimentos que correlacionan directamente los bajos niveles de dopamina en los reducidos números de receptores D2 con conductas repetitivas en donde se ignora o se exhibe inhabilidad para aprender de "feedback" negativo. Mientras que personas con mayor número de receptores D2 parecen siempre detectar cuando algo que han hecho es un error y no vuelven a repetirlo. Gente con mutaciones en el gene A1 también se han conectado estadísticamente a tendencias adictivas o compulsivas en estudios anteriores.
Es impresionante que el estudio del genoma humano siga brindando explicaciones a comportamientos psicológicos, emocionales y afectivos que antes se consideraban como maldades de desquiciados.
Así pues nos tocó la mala suerte de que se juntaran el hambre con las ganas de comer y nuestra pareja presidencial padece de este síndrome. Por lo tanto, mientras la ciencia médica no encuentre la medicina para curarlo y a estos locos para tomarla, estaremos condenados a aguantar a la mula de Sandino.




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