miércoles, 21 de enero de 2009

Yo también tengo un sueño

El Titular del Ejecutivo madrugó para ver por la televisión la ceremonia de toma de posesión de Barack Obama. No podía perdérsela pues abrigaba la esperanza de que el demócrata manifestara una política de no intervención y de disimulo ante las atrocidades que pudieran cometer los regímenes de “izquierda”. Cuando en su discurso inaugural, Obama expresó con una claridad diáfana que: “Aquéllos que se aferran al poder a través de la corrupción y el engaño y el silenciamiento de quienes disienten, sepan que están en el lado equivocado de la historia, pero que extenderemos una mano si están dispuestos a abrir el puño”, el aspirante a dictadorzuelo palideció y sólo logró exclamar una maldición. Luego exlamó: ¿Seré yo Maestro? Luego alcanzó a decir: Abrir el puño, mmmm. Yo también tengo un sueño, agregó recordando a Martin Luther King, que mis nietos también disfruten el poder.

Por la noche, en su presentación del plan de emergencia para hacer frente a la crisis mundial, el Titular de manera sospechosa le bajó el tono a su discurso. Después de observar la elocuencia de Obama por la mañana, el discurso de Ortega recordaba más bien a Mario Montenegro al contar sus cuentos.

Sus propuestas más bien sonaron a tomadura de pelo. Ahorro en el Estado cuando nos toca mantener a una caterva de vagos que pululan en las rotondas y aparecen con palos y machetes en las marchas de la oposición. Reducir los viajes de los funcionarios cuando la pareja presidencial sigue viajando como un pashá. Pero lo más hilarante es que el Gobierno de Reconciliación insistirá ante la comunidad donante para que se olvide del robo de las elecciones y vuelva a abrir la llave de la cooperación.

¿Podrá Ortega darse cuenta que realmente está del lado equivocado de la Historia y abandonando sus sueños guajiros, simplemente hacerse al otro lado?. De esta forma, se evitaría tantos problemas y el pueblo de Nicaragua sufriría mucho menos. Habrá algún cuerdo cercano a él que se lo explique o todos siguen coreando al unísono: No te vas, te quedás.



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