viernes, 16 de enero de 2009

¿Cuánto nos cuesta Arnoldo Alemán?

Hoy se oficializó el producto de un nuevo pacto entre el Titular del Ejecutivo y Arnoldo Alemán, al haber revocado la Sala Penal de la Corte Suprema de Justicia la sentencia condenatoria de este último, el voto en contra de Rafael Solís fue parte de la farsa. A cambio de esta revocación, a saber qué tanto le está entregando la oposición al matrimonio Ortega Murillo. De entrada, la conformación de la nueva Junta Directiva de la Asamblea, en donde René Núñez funge nuevamente como Presidente de dicho poder del estado.

Cuando se planeó el operativo de Edén Pastora para secuestrar al Congreso Nacional en poder de Somoza, le llamó Operación Chanchera, pues se consideraba a ese poder del estado un chiquero en donde se revolcaban en el lodo los supuestos padres de la Patria. Treinta años después, una Asamblea Nacional que debería trabajar exclusivamente en los intereses del país, ha caído de nuevo en la sima de la inmundicia.

La pregunta que flota ahora en el ambiente es si la libertad de Arnoldo Alemán vale todo lo que se está sacrificando. Haciendo a un lado la dignidad del pueblo nicaragüense, hay en juego una serie de situaciones, algunas de ellas conocidas y muchas de ellas que serán mantenidas en secreto por los gamonales y que paulatinamente irán saliendo a la luz pública.

Arnoldo Alemán traicionó el juramento que hizo en su toma de posesión como Presidente de la República en enero de 1997 y cometió una serie de delitos en contra del patrimonio nacional, que en otro país le hubiera costado más de los veinte años a los que fue condenado. Así que esa condena era un regalo para Alemán, frente a la traición que cometió al pueblo nicaragüense. Lo más sano era que Alemán hubiera purgado su condena como cualquier reo y no que los nicaragüenses paguen más caro el costo político de todas las componendas que ha realizado el Partido Liberal para liberarlo.

En 1963 un bonzo vietnamita, en señal de protesta por el maltrato a los budistas de parte del primer ministro, se roció gasolina y se prendió fuego. El mundo entero se quedó atónito al ver a una persona desprenderse de su propia vida para defender su conciencia. Aquí es al revés, cuando un supuesto líder es descubierto en varios ilícitos le falta la hombría para enfrentar a la justicia y pagar por su delito o en el último caso rociarse de gasolina e inmolarse para lavar su culpa y en su lugar, manipula a unos legisladores sin conciencia y les ordena que a cambio de su libertad, rieguen de gasolina a todo el pueblo de Nicaragua.




1 comentario:

Anónimo dijo...

Vosotros teneis la culpa. Cada pueblo tiene el gobierno que se merece. En otro lugar del mundo ya hubieran ejecutado a Alemán y de paso también Ortega. Ser pusilánime tiene su costo amigos