jueves, 1 de mayo de 2008

Los contra ¿qué?


Para nadie fue sorpresa el discurso de Daniel Ortega en ocasión del día del trabajo. Lo celebró con sus borregos el jueves 30 de abril, para poder hacerlo de noche, como acostumbra programar todos sus actos público, para darle un toque de Nosferatu a su aparición.

Un tanto trasnochado llevó hasta la tribuna, adornada con costosas flores que paga el estado y cobra algún amigo de la familia, un discurso extraído de los ochenta. De nuevo saltó la contrarrevolución a escena, al afirmar Ortega que se ha reactivado con el apoyo de los Estados Unidos para reeditar la historia de Chile y Salvador Allende.

Indudablemente Ortega hace las del avestruz que esconde la cabeza en la tierra para no ver la realidad. Nos preguntamos, no puede haber contrarrevolución si no hay revolución, pues la que supuestamente se inició en 1979 murió con una Piñata, que sacó a luz la verdadera naturaleza de los abnegados revolucionarios que dejaron el poder con millones en los bolsillos. Tampoco puede compararse con Allende, pues le falta estatura.

Así que ahora todo el que se opone a los errores y desaciertos del gobierno está financiado por el imperio, quien tiene un presupuesto multimillonario para financiar las protestas del pueblo nicaragüense. Como si los gringos fueran tan babosos para gastar el dinero que necesitan para subsidiar su economía, para señalar algo que hasta un ciego podría notar y que hasta un mudo podría gritar.

Así que no se necesita de un complot para observar este tipo de actuaciones del gobierno y de sus monigotes como Porras, que pretende ahora que el dinero del INSS sirva para financiar el banco de los trabajadores. Por cuenta quiere ampliar su imperio de farmacias que se lo inició una famosa Ministra de Salud y quebrar una institución vital para la seguridad de los nicaragüenses. Parece que ya la esclerosis ya le está reduciendo el flujo sanguíneo al cerebro.

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