miércoles, 23 de abril de 2008

Aquí estamos

Un número considerable de nicaragüenses no le otorgamos el beneficio de la duda al autodenominado Gobierno de Reconciliación y Unidad Nacional, cuando después de varias acrobacias orquestadas por sus estrategas llegó de nuevo al poder en enero de 2007. Sabíamos que gallina que come huevo, aunque le quemen el pico y por esa razón, librarle a este Gobierno un cheque en blanco contra la cuenta de nuestra confianza era una acción kamikaze. El Frente Sandinista de Liberación Nacional gobernó en los años ochenta bajo un régimen totalitario, al amparo de la palabra revolución, que le sirvió de escudo para perpetrar los más abominables actos en contra de los derechos humanos del pueblo nicaragüense. Un pueblo que después de la dictadura de los Somoza, merecía una oportunidad hacia la paz y prosperidad y que sin embargo pasó del fuego a las brasas, pues el atropello en contra del pueblo cometido por el régimen dictatorial de la familia Somoza fue ampliamente superado por el de un grupo de personas ambiciosas, inescrupulosas y sin el menor recato.

El daño cometido a Nicaragua por el FSLN en sus diez años de gobierno fue inconmensurable y si quisiéramos ponerlo en pesos y centavos, nos harían falta ceros para dimensionar la destrucción de la economía nacional, sin contar con el daño moral a la población.

No cabe duda que las circunstancias en que llega de nuevo al poder el FSLN son muy diferentes a las que imperaban en 1979. La economía, aunque lánguidamente, se ha recuperado y a pesar de que no alcanza los niveles previos a 1979, en los 16 años que el Frente estuvo fuera del poder logró fortalecerse. La democracia también logró en ese período dar un respiro al pueblo nicaragüense y existe una mayor conciencia cívica en el todos los estratos de la población. También la libertad de prensa logró un singular fortalecimiento en ese lapso, así que es una nueva Nicaragua la que enfrenta el régimen sandinista. Por esto, sus estrategas han iniciado acciones que pretenden llevar al país a un estado de crisis, que es el entorno en donde su estilo de gobernar encuentra sus condiciones ideales. Por otra parte, están iniciando un regreso a la regla de las tres P de Somoza, plata para los amigos, plomo para los enemigos y palo para los indiferentes. Es plenamente perceptible la súbita mejoría económica de los adeptos al régimen, sin embargo, en el otro extremo una de las primeras víctimas en este proceso parece ser la libertad de prensa. De una manera velada están dando los pasos necesarios para callar a la opinión pública y aunque han dado muestras del más infame cinismo en sus actuaciones, en donde no les importa lo que crea el pueblo nicaragüense, parecen todavía sensibles a la opinión pública internacional.

Por esa razón hemos creado este espacio, para denunciar sin tapujos ante la comunidad internacional, los atropellos que está sufriendo la vida republicana de Nicaragua. Gritaremos a los cuatro puntos cardinales estos intentos de convertir este Gobierno en una dictadura familiar.

Viva Nicaragua

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