sábado, 27 de junio de 2009

Las barbas del vecino

Cuando veas las barbas de tu vecino cortar, pon la tuya a remojar. Aunque no sea el mismo caso y predominen diferentes circunstancias, las experiencias próximas hacen reflexionar a la gente: ¿Y qué tal, si?

En el caso de Honduras, en donde la Corte Suprema de Justicia resolvió en contra del Presidente Manuel Zelaya, en su destitución del General Romeo Vásquez, jefe del Estado Mayor al negarse éste a apoyarlo en su “consulta” con miras a reelegirse. Pareciera que este delirio de reelección es más contagioso que la gripe AH1N1.

A final de cuentas, con la Corte Suprema, el Tribunal Supremo Electoral y el Parlamento prácticamente en su contra, no le quedó otra al cowboy Zelaya que gritar: Mamaaaaá y en esta ocasión a la OEA, pues a sus mandatarios amigos los pondría en el predicamento de la no intervención, para que como el Chapulín Colorado acuda en su auxilio, no importa que la organización según su Club, sea obsoleta, inoperante y un brazo de los EE.UU.

Esto no ha dejado de preocupar acá al Titular del Ejecutivo y a sus adláteres, pues qué tal si un día amaneciera la oposición con el espíritu patriótico y Nicaragua valiera más que unos milloncejos de dólares y de repente deciden declarar demente al Titular. Y al rato se contagiaran de ese espíritu algunos sandinistas y logran alguna mayoría y al final de todo: Sí, se puede. Por eso, hemos visto al vocero de la violencia, el gordo Porras, empezar a ladrar a todo pulmón.

Ahí está también el ejemplo de Irán, en donde la oposición no perdió tiempo en discursos y vueltas infructuosas y en caliente se lanzó a las calles, sin importarle las amenazas de los líderes y guardianes de la Revolución.

No crean, no dejan de preocuparse estos malandrines. A veces, el miedo, que tan fácilmente entra en las personas, ante un ejemplo de esta naturaleza, de la misma forma se va. ¿ Qué tal si los nicaragüenses amanecen un día sin miedo?



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