miércoles, 12 de agosto de 2009

Aminta, Aminta, aquí Houston

Otra vez la Comisionada Aminta Granera se encuentra perdida en algún lugar del cosmos. Después de los bochornosos hechos de la Catedral de Managua en donde la Policía Nacional de la manera más descarada fungió como grupo de apoyo a las huestes de pandilleros rojinegros que tienen la consigna de sembrar el terror ante cualquier intento de la población civil de manifestarse públicamente, la responsable de la actuación de ese cuerpo policial ha vuelto a hacerse la perdidiza.

La Comisionada tiene la vana esperanza de que el pueblo nicaragüense entienda que el orteguismo la tiene con las manos atadas y que su posición debe ser contemplativa, sin embargo, lo que se espera de un Jefe de la Policía Nacional, es valor, coraje, determinación, entereza y en especial, lealtad, no al remedo de Presidente que tenemos, sino al pueblo de Nicaragua.

Ahora más que nunca la renuncia de Aminta Granera es más que pertinente, necesaria. La Comisionada debe tomar distancia de forma inmediata de todo el atropello que se está cometiendo contra el estado de derecho en este país, para que la historia no la vaya a tachar de cómplice de todas las atrocidades que comete el orteguismo.
Recuerde, Sra. Comisionada, que si alguna vez usted lucho en contra de la dictadura somocista, en esta ocasión no se espera menos de usted, pues ni la edad ni las circunstancias son pretexto para hacer sus valores a un lado, ni por una pensión, mucho menos ante una amenaza.



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